Pero la puta madre.
Pero la reputísima madre.
Yo sabía que nada era fácil, es más, aceptaba las dificultades no con resiganción sino con cariño, pensé que en ellas radicaba la gracia, el gusto de vivir. Pero esto es demasiado.
Tírenme una soga.
Tirame una soga.
Que me hundo, y no sé qué hacer.