Friday, November 25, 2005

Adios.

Suena bien, siempre quise escribir esa palabra.Adios a las letras, a la literatura, a la música a la reflexión obcesiva y a la contemplación intelectual.Adios a la marginalidad y a la pretención de individualismo. Adios al sombrero a las remeras negras a la campera gorda para la nieve, adios a francia y a suecia.Adios al poeta maldito.Adios a la vida, es decir.
Le mediocridad me verá, prometo, frime en sus primeras filas desde el día de hoy. Defenderé fervorosamente a Operación Triunfo, me haré fanatico de Airbag. Pintaré mis paredes de blanco otra vez. Me cortaré el pelo, fingiré conocimientos de deportes y automovilísmo, como así tambien de televisión y política minuscula partidista. Seré demócrata.Mi color favorito será el azul.Estudiaré religiosamente todos los días. Iré al gimnasio, practicaré algún deporte. Salré sólo los días viernes o sábados. Iré a un boliche de nueva córdoba. Me sentiré seguro de mi mismo. Ignoraré. Ignoraré que ignoro. Olvidaré la filosofía y la remplazaré por la religión pragmática-no crítica-no teológica. Condenaré toda clase de amoralidad.Desharé mi diccionario mental. Lo acotaré a un par de palabras. Daré por tierra mi formación pasada. Mataré al Quijote, a Homero y a Borges y plantaré la bandera la lectura obligada. Sólo algunos capítulos salteados de Harry Potter, al que preferiré ver en el cine.
Bueno, tal ves estereotipo un poco. Pero juro que voy a destruir mi vida pasada cuanto pueda. Hoy, lloro mientras oigo a cuatro cellistas noruegos interpretar "Nothing else matters". Mañana me preguntaré si el pelado Cordera es Dios o solo un profeta.La vida que llevé hasta el día de hoy (cada simple elección que tomé consciente o no, cada experiencia, cada verdad, cada mentira, cada pequeña muerte, cada emoción y cada amor ficticio) no ha logrado más que dejarme en un nivel socialmente más bajo que el de la mierdocridad. Mediocridad, digo. Hoy sin saberlo, quedé libre por faltas en el colegio... Nadie como yo. Algunos llegan irredimiblemente tarde, otros se enferman, a otros le calienta un huevo. Pero yo, el más idiota entre los que la fungen de literato fracasado, simplemente desconocía el número exacto de mis inasistencias. Calculé (estimé) que estaba a una del límite. Me hice la chupina. Calculé mal. Libertad, diria William Wallace.Tengo que vivir, es cierto. Nunca me animaría a fantasiar suicidarme. Jamás me atrevería a imaginarlo, soy infinitamente cagón. Si soy menos que mediocre, si soy poco más que un idiota, un colgado, un ido, un pelotudo, un mogólico, una persona poco "viva", entonces seré lo opuesto. Me afirmaré en la mediocridad como la semilla en la tierra. Seré un estandar de la misma forma en que el álamo no trata de dar hojas azules. NO-SE-PUEDE-SER-DIFERENTE. O mejor. Hay que aceptar que lo que nos parezca que es nuestro modo de ser no es más que una fachada que nos toca en azar para disfrazar nuestra falta de identidad. Para que a simple vista parezcamos todos distintos. No. Esto es corregible y lo voy a demostrar. Nací para álamo y álamo seré. Y si me salen hojas azules las corto, una y otra vez hasta que salgan verdes o me seque. Y al carajo.A los que les gustaba mi unicidad.

Adios. A mi mismo adios.Sí, un poquito me quería.