Tuesday, September 13, 2005

Sí, sí, muy lindo el debate, pero abandonemos la política. Sí, ya sabemos que esas cosas interesean a pocos y hacen commentar a muchos menos. Pensé en un blog con muchos comments, uno muy popular. Qué más popular, entonces, que la televisión por aire.

No voy a hacer incapié en la basura que aporta cada programa al ya atrofiado cerebro de mucha gente. Tampoco voy a hablar del sexismo, de la viveza criolla, de todas esas herramientas populistas que son la única arma de muchos programas. No voy a hablar de la ignorancia, de la humillación, del lavado de cerebro que acaba cuando todos saben si Araceli Gonzales está de novia y con quién y que empieza con saber quién mierda es Araceli Gonzales.
Porque todo el mundo vió un año de Los Roldán. A ver....1 hora y media (contando las publicidades) por día por pongámosle 150 programas..... son docientas veinticinco horas. Es decir nueve días y un par de horas... Tiempo suficiente para leerse el Quijote y las obras completas de Shakespeare.

Sigo. No voy a emitir opinión de cómo los programas informativos han perdido alguna objetividad si la han tenido. Tampoco es que la hayan perdido en aras de un parcialismo ideológico, si no por ese mismo populismo que ellos, desde su seriedad trajeadita, prefieren hacerlo sensacionalista. Lamento decirlo, pero prefiero al hijo de mil putas menemista descarado de Mariano Grondona a las boludeces populares de Miguel Clariá. Porque el primero optó por un hijoputismo irredimible mientras que el segundo ni siquiera pensó en optar, no sea cosa de perder credibilidad.
Sigo. Y esto es lo último. Afortunadamente han cesado, pero los memoriosos recordarán la sarta de programas de 3 PM que estaban en todos los canales y en los cuales orbitaban intermitentemente personajes ridículos, como Guido Suller, Jacobo Winogard (si se escribe así), Polino. Programas de Mauro Viale y de Jorge Rial, de Lía Salgado y de Moria casán, programas que habían desbancado a todas las novelas, pero que gracias a Dios, se extinguieron junto con sus caricaturas humanas.

Acostumbrado, resignado, aburrido y triste.
Damned Poet.